lunes, 17 de junio de 2013

TELEFÓNICA ES GIGANTE GRACIAS A IBEROAMÉRICA

Gracias a su espectacular internacionalización, la operadora es hoy una de las diez mayores compañías del sector de las telecomunicaciones en el mundo
Poco queda ya de la Telefónica que conocíamos hace 35 años, cuando su objetivo principal era llegar a los 10 millones de teléfonos instalados –reto que se logró en el año 1978– y que soñaba con cotizar junto a los grandes, en la Bolsa de Nueva York, algo que consiguió en 1987. Hoy es uno de los gigantes del sector de las telecomunicaciones, con presencia en 24 países y unos 130.250 empleados.
Para llegar a estas dimensiones ha sido crucial su expansión exterior, proceso que inició a principios de la década de los noventa, con su desembarco en lo que para muchos era su mercado natural, Latinoamérica.
Desde el comienzo de esa fase internacional, sus principales cifras se han disparado. Los ingresos del grupo, que al finalizar 2012 eran de 62.356 millones de euros, se han multiplicado por 15, y sus 315,7 millones de clientes significan 16 veces más que a finales de los ochenta. Es decir, una compañía que actualmente mantiene cerca de 250 millones de accesos de telefonía móvil, más de 40 millones de telefonía fija y casi 20 millones de accesos de datos e internet, y 3,3 millones en televisión de pago.
A Chile y Argentina, los primeros países fuera de España en los que comenzó a operar, le siguieron Perú o Brasil –actualmente su primera fuente de ingresos– ya mediada la década. A continuación, y con la compra de las filiales locales de BellSouth, vinieron otros países como Colombia, Venezuela y México, entre otros muchos.
De hecho, en poco más de 20 años la compañía ha invertido unos 110.000 millones de euros en América Latina, lo que da idea de su importancia como primer grupo inversor en la región.
Pero Telefónica no se conformó con hablar en español y sin ningún complejo pronto puso sus ojos en Europa. Tras introducirse en la República Checa con la compra de Cesky Telecom, llegaría la gran operación, al adquirir la británica O2 por más de 26.000 millones, un movimiento con el que se convirtió en jugador de primer orden en mercados de la relevancia de Reino Unido, Alemania o Irlanda. En paralelo, buscó participar en operadoras de la competencia como Telecom Italia o China Unicom.
Es decir, que hoy es, según datos de Bloomberg citados por la propia Telefónica, la séptima compañía del sector de las telecomunicaciones a nivel mundial, una industria que se ha demostrado clave para la mejora de la productividad y el crecimiento económico.
A eso hay que sumar su apuesta por las redes sociales y la innovación –lanzamiento del servicio de telefonía de la red social Tuenti, por ejemplo– tanto con la compra de compañías como con la creación de iniciativas para apoyar proyectos incipientes, como Wayra o la red de inversión en tecnología Amérigo.

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