Las 19 compañías
con arbitrajes pendientes en el Ciadi, en Washington, se confían a Freshfields,
Jones Day, King & Spaulding o Weil Gotshal & Manges. Uría es la única
firma española que las asesora.
Cerca de veinte empresas españolas tienen arbitrajes pendientes en el
Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversores (Ciadi),
en Washington, contra países latinoamericanos que han modificado de improviso
las reglas del juego o, directamente, han expropiado sus activos. Estas
compañías acumulan 21 procedimientos en esta corte de arbitraje y conciliación
que es parte del Banco Mundial. Se trata del foro internacional más importante
al que tienen acceso los inversores privados para defender lo que consideran
abusos por parte de Estados en los que tienen intereses.
La gran mayoría confía su defensa a bufetes anglosajones. El despacho que
asesora en más casos es el británico Freshfields Bruckhaus Derringer, seguido
de los estadounidenses Jones Day y King & Spaulding.
Cabe destacar que el asesoramiento de Jones Day lo ofrece la oficina de
Madrid de este despacho originario de Estados Unidos. Según ha podido saber
EXPANSIÓN, los casos cuya defensa no es pública recaen, de nuevo, en
Freshfields, seguido de Weil Gotshal & Manges, King & Spalding y
Skadden Arps.
En ocasiones, las empresas españolas confían en bufetes nativos, como el
argentino Marval, O’Farrell & Mairal. El único despacho español presente en
estos procesos es Uría Menéndez, que asesora a Repsol y a Iberdrola.
Arif Ali, socio de Weil Gotshal & Manges especializado en la defensa
de los intereses de empresas españolas en Latinoamérica ante el Ciadi,
fundamenta el auge de los conflictos entre las compañías españolas y los
gobiernos latinoamericanos en la crisis y en los cambios geopolíticos. Por un
lado, apunta que "las empresas españolas tienen que invertir en el mundo
para sortear la recesión interna". Y, por otro, añade que "se
encuentran con la competencia que ejercen los países emergentes".
A juicio de Ali, ya no se trata tanto de que algunos países
hispanoamericanos adolecen de seguridad jurídica, sino de que ya son
competidores económicos de España o sufren a su vez la competencia que otros
países emergentes como Brasil, China o Rusia ejercen contra España, lo que
motiva decisiones desfavorables para las compañías españolas. Por estos
motivos, el socio de Weil Gotshal & Manges llama a las empresas españolas a
tener en cuenta todos estos riesgos en su planificación.
Entre tres y cinco años
Ali cree que el arbitraje, que tarda entre tres y cinco años, da resultados. En cuanto a Repsol, el Ciadi ya ha aceptado la demanda que presentó la petrolera contra Argentina por la expropiación de YPF en abril del año pasado. Para defenderla, Repsol ha contratado a Uría Menéndez, en Madrid; Freshfields, en Washington, y Marval, O’Farrell & Mairal, en Buenos Aires. Weil Gotshal & Manges coordina toda la defensa.
Ali cree que el arbitraje, que tarda entre tres y cinco años, da resultados. En cuanto a Repsol, el Ciadi ya ha aceptado la demanda que presentó la petrolera contra Argentina por la expropiación de YPF en abril del año pasado. Para defenderla, Repsol ha contratado a Uría Menéndez, en Madrid; Freshfields, en Washington, y Marval, O’Farrell & Mairal, en Buenos Aires. Weil Gotshal & Manges coordina toda la defensa.
Las quejas que recibe este tribunal suelen referirse a expropiaciones,
como la de YPF, lo que normalmente acarrea la petición de una indemnización. En
el caso de Repsol, asciende a 10.500 millones de dólares, si bien los expertos
ven poco probable que llegue a cobrar esta cifra.
Los despachos deberán pelear por conseguirla y tendrán enfrente al
tribunal de tasación que ha contratado Cristina Fernández de Kirchner para
cuantificar el daño ambiental que, según dice, causó la gestión española de
YPF. Esto puede traducirse en multas equivalentes al valor de la indemnización.
"Hablamos con los gobernadores para que liquiden los daños ambientales.
Seremos absolutamente inflexibles", dijo el ministro de Planificación de
Argentina, Julio De Vido.
Argentina no tiene ninguna intención de pagar los 10.500 millones a
Repsol. Y si la Justicia le obligara a hacerlo, los analistas esperan que
Kirchner convierta el proceso en interminable. Las resoluciones del Ciadi son
obligatorias, pero siempre podrá pedir que un segundo grupo de árbitros revise
el laudo que, de entrada, no tardará menos de dos años.
Algunos dictámenes se han extendido un lustro, motivo por el que muchas
empresas optan por retirar sus requerimientos y llegar a un acuerdo con el Gobierno.
Esto se antoja imposible en la demanda contra Argentina, el país con más
denuncias ante órganos arbitrales. La demanda está ahora pendiente de la
formación del tribunal, que estará compuesto por tres árbitros: uno designado
por el Ciadi, otro por Argentina y otro por Repsol, que ha propuesto a
Francisco Orrego Vicuña, un abogado chileno.
Ahora toca mover ficha al Ejecutivo de Kirchner, que deberá pronunciarse
y designar su propio árbitro. Si no lo hiciera, el Ciadi podría realizar todos
los nombramientos.
José María Viñals y José Luis Iriarte, socio y of counsel de Lupicinio
Abogados, respectivamente, firma que colabora con Weil, concluyen que "el
arbitraje como mecanismo para resolver diferencias en materia de inversiones
tiene indudables ventajas como neutralidad, especialización y
flexibilidad".
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