miércoles, 23 de enero de 2013

CUMBRE UE-CELAC. POSTURAS DE LAS PARTES.

Debemos construir una relación más simétrica, equilibrada y equitativa con Europa”, planteó hoy la Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, durante una conferencia ofrecida en la sesión inaugural de la I Cumbre Académica CELAC-UE que tiene lugar hasta el miércoles 23 de enero en Santiago, Chile. La Secretaria Ejecutiva basó su exposición en el documento La Unión Europea y América Latina y el Caribe: Inversiones para el crecimiento, la inclusión social y la sostenibilidad ambiental que la CEPAL pondrá a disposición de los gobernantes que asistan a la I Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños y la Unión Europea (CELAC-UE) esta semana en la capital chilena.

La máxima representante de la CEPAL analizó el actual contexto socioeconómico de los países de América Latina y el Caribe y las oportunidades de la región para profundizar su relación comercial con la Unión Europea. En este sentido, destacó que los países latinoamericanos y caribeños están aprendiendo del pasado, aplicando prudencia macroeconómica y políticas sociales progresistas, mientras que en Europa se está acusando a la sociedad del bienestar de la crisis económica. “La sociedad del bienestar no fue la causante de la crisis, otra cosa es que esta tenga que renovarse o reformarse. En América Latina aspiramos a una sociedad del bienestar. Esta paradoja es algo que tenemos que evaluar y discutir”, señaló Bárcena ante representantes de más de 200 universidades y centros de estudios de ambas regiones. "Queremos inversión extranjera que nos ayude a modernizar nuestra estructura productiva, que contribuya al empleo, que nos ayude a cuidar el medio ambiente y que respete los derechos sociales”, enfatizó Bárcena.

La Unión Europea es el principal cooperante, el mayor inversionista directo y el segundo socio comercial de América Latina y el Caribe. La UE invirtió en promedio 30.000 millones de dólares por año en la última década en los países latinoamericanos y caribeños. Hoy el acervo de inversión extranjera directa (IED) del bloque en América Latina y el Caribe asciende a cerca de 500.000 millones de dólares. Dentro de América Latina y el Caribe, las inversiones europeas se han dirigido fundamentalmente hacia América del Sur, mientras que Estados Unidos ha sido la fuente principal de la IED recibida por México, Centroamérica y el Caribe. Las tres mayores economías de la región, Brasil, México y Argentina, recibieron 80% del total de flujos acumulados entre 2000 y 2009.

En este marco, Bárcena valoró tres características de la IED europea que recibe la región: que promueve la transferencia de tecnología, que incluye inversiones productivas que generan empleos y que se destaca por sus buenas prácticas laborales y de responsabilidad social empresarial. No obstante, indicó que en los últimos años se evidencia un estancamiento en la relación comercial entre ambas regiones. Más aún se estima que a mediados de esta década China podría desplazar al bloque europeo como segundo socio comercial de la región, por lo que llamó a dinamizar la asociación estratégica birregional.

Las actividades de innovación e investigación y desarrollo (I+D) de las empresas transnacionales europeas han sido muy relevantes en América Latina y el Caribe y representan aproximadamente 64% del total de este tipo de emprendimientos. Estas actividades constituyen un mecanismo de transferencia de tecnología y conocimiento, aumentan la capacidad técnica local, generan efectos de derrame de productividad y crean empleos de alta calificación.

Sobre este tema, la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL destacó que la mayor cantidad de patentes en tecnologías ambientales está en Europa, las cuales son necesarias para que la región de América Latina y el Caribe avance hacia el desarrollo sostenible. Las inversiones en áreas como la eficiencia energética y las energías renovables deben ser prioritarias, concluyó.

Por su parte, Europa quiere multiplicar sus relaciones con Iberoamérica.

Varios dirigentes europeos, entre ellos el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y la jefa de la diplomacia, Catherine Ashton, inician una gira por varios países de América Latina, donde buscan afianzar las relaciones con una región en pleno crecimiento, pero que últimamente tiene el foco puesto en China.

En un contexto bastante excepcional, con Europa hundida en una prolongada crisis de la deuda y América Latina en pleno crecimiento, Van Rompuy y el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, también participarán en la gira que se inicia con la Cumbre UE-Brasil, el 24 de enero en Brasilia, y continúa con la cumbre de la UE y la Comunidad de Estados de América Latina y el Caribe (CELAC), el 26 y el 27 de enero en Santiago de Chile. Brasil, sexta economía mundial y noveno socio comercial de la Unión Europea (UE), “es un aliado clave en el G20″ de potencias industrializadas y emergentes y un país de peso en los esfuerzos “para superar la crisis financiera”, consideró una fuente europea, que pidió el anonimato.

Pero también el gigante sudamericano, “un aliado estratégico, nos servirá de intermediario para afianzar nuestro vínculo con América Latina”, dijo la fuente, quien recordó que la UE es el segundo socio comercial, el primer cooperante y el primer inversor de la región. “Creemos que el papel de Brasil será fundamental en la agenda de la cumbre con la CELAC”, precisó.

La cumbre tratará de disipar sospechas mutuas de proteccionismo, que en algunos casos llevaron a litigios ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). La UE aspira a colocar más productos industriales en América Latina, que reclama a su vez mayor apertura para sus productos agropecuarios y materias primas.

Según la Comisión Europea, la UE se mantiene como el principal inversor extranjero en los países de América Latina, con una inversión extranjera directa (IED) que en 2010 alcanzaba los 385.000 millones de euros (un 43% del total de la región). Pero también en la última década, el intercambio comercial entre China y América Latina pasó de 15.000 millones a 183.068 millones de dólares, con un crecimiento anual promedio del 28,4%. China se convirtió de hecho en el primero o segundo socio comercial de la mayoría de los países América Latina, en detrimento de las partes de Estados Unidos y Europa.

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